"Se trata de un gesto de cortesía, de atención hacia Argentina y su presidenta", dijo el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que precisó que es "natural" que si viene la presidenta de Argentina, el país del Papa, la reciba de manera "diferente" al resto las delegaciones que asistirán a la misa de inicio de pontificado, el 19 de marzo.
Será la primera audiencia que el papa Francisco tendrá con un Jefe de Estado y se celebrará en la Casa de Santa Marta, donde se encuentra todavía alojado ya que aún no tomado posesión de sus habitaciones en el palacio apostólico.
La Presidenta viajará a Roma para asistir a la misa de entronización del pontífice prevista para el 19 de marzo, y en la que se esperan cerca de 150 jefes de Estado y de Gobierno.
La delegación argentina que acudirá a la misa estará compuesta por el ministro de Exteriores, Héctor Timerman; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti; el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez y el diputado radical Ricardo Alfonsín, además de representantes de la Conferencia Episcopal Argentina y representantes de varios partidos políticos argentinos.
