El domingo, a las ocho de la noche, la revista Science
rompió sus habituales -y estrictas- normas de confidencialidad cuando,
junto con el anticipo de los trabajos que se publicarán esta semana,
liberó a la difusión pública dos de ellos que refutan
una investigación
del Instituto de Astrobiología de la NASA (publicada por la misma
revista) sobre una bacteria a la que se creyó capaz de desarrollarse
sustituyendo el fósforo, un elemento vital para la vida, por arsénico.
La existencia de GFAJ-1, como se había bautizado a la
bacteria, se había dado a conocer en una conferencia de prensa en
diciembre de 2010 y había despertado enorme interés. Se creyó que los
científicos habían encontrado una forma de vida que transgredía las
reglas de la biología tal como la conocemos. Y hasta hubo rumores de que
iban a presentar evidencias de vida en otro planeta...
Todos los organismos terrestres utilizan seis
elementos: oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre. El
arsénico es tóxico, pero sus propiedades químicas son similares a las
del fósforo, explica un editorial que acompaña las refutaciones.
De modo que la bacteria hallada por la doctora Felisa
Wolfe-Simon y sus colegas en los sedimentos del lago Mono, en el este de
California, no cumplía con la receta aceptada de la vida. "Sabíamos que
algunos microbios pueden respirar arsénico, pero lo que hemos
descubierto es que esta bacteria es capaz de hacer algo nuevo, porque
construye parte de sí misma con ese elemento", aseguró en ese momento
Wolfe-Simon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario