El sueño estaba cumplido: a sus siete años Beatriz no sólo había conocido la nieve, también había terminado un muñeco de nieve junto con su hermana Mariana y con sus propias manos.
Claro, como en Brasil no hay nieve, Bariloche surgió como la opción ideal para la familia Amendola, que en su primera tarde de vacaciones se fue directo al Cerro Catedral y, de ahí, a la aerosilla para pasar el día entero con ese tesoro blanco y helado.
"Los chicas querían venir y la verdad es que nos resulta más caro ir al norte de Brasil. Incluso de Río de Janeiro, donde vivimos, el Norte nos queda tan lejos como Bariloche", dice Fernando Amendola con un buen castellano mientras observa a sus hijas que se fueron a hacer "culopatín" en una pendiente de la montaña.
Pero no sólo en el cerro los brasileños son mayoría: también en los restaurantes y en los hoteles. Tal como viene sucediendo en los últimos años (menos el año pasado, por las cenizas volcánicas), para las familias brasileñas Bariloche sigue siendo uno de sus destinos predilectos.
De hecho, este julio no es una excepción: según un informe de Despegar.com, Bariloche es el quinto destino más elegido por los brasileños, detrás de Buenos Aires, el primero, Santiago de Chile, Nueva York y Miami.
"Da la impresión de que la mitad de los que estamos en Bariloche somos brasileños: de dos que están parlando, uno habla en portugués", dice Julio Pombo, que trabaja en una multinacional de transporte en San Pablo y que llegó a Bariloche de vacaciones con su mujer y sus dos hijas. Leer más en La Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario